Por Pedro Castillo
Vamos circulando con acelerador a fondo en la autopista de la economía terminando un año 2023 que mantuvo un comportamiento de estabilidad y predictibilidad económica en los primeros tres trimestres, quedando el cuarto un poco por debajo de la expectativa deseada pero que, aún y así, termina siendo muy bueno, lo que equivale a haber bajado un poco la velocidad, pero sin perder el ritmo.
Hace un año comentaba la importancia en dar prioridad a incrementar el valor de las industrias durante 2023, el marco económico en México fue durante este año ideal e inesperado hasta para los más optimistas. El anuncio y llegada de inversiones estuvo a la orden del día, incluso algunas que se mantuvieron en secrecía y que se develaron hasta que arrancaron operaciones, todo esto llevando a los principales centros industriales del país a vivir niveles muy altos de actividad.
La llegada de inversiones es tangible, se refleja en el crecimiento de los espacios industriales que, desafortunadamente, a la vez han destapado otro tipo de problemas en ciudades desarrolladas que experimentan las expansiones, en donde su infraestructura se está viendo sobrepasada creando alteraciones permanentes en las comunidades, tráfico vial que sobrepasa lo razonable, saturación de zonas residenciales y una lista importante de factores que llevarían mucho detallar, factores que no discutiremos en este momento junto con el cuestionamiento de la verdadera derrama económica generada en las comunidades locales en comparación del total de inversión anunciada en medios.
Las empresas en México que se prepararon para enfrentar 2023 con una debida planeación financiera, y que realizaron estimaciones tomando como referencia el tipo cambiario proyectado durante 2022, experimentaron en 2023 la bonanza de ganancias cambiarias que fueron canalizadas de acuerdo con sus directrices operativas del año en curso, lo cual pudo haber ido a innovaciones o simplemente a compensar situaciones que se presentaron y que no estaban contempladas en el plan original.
Mientras tanto, las empresas americanas cursaron un 2023 donde, al menos durante el primer trimestre, vivieron lo opuesto a las empresas mexicanas, al haber enfrentado pérdidas cambiarias ante la inicial volatilidad de los tipos de cambio en comparativa con 2022, a pesar que los anuncios de la federación americana fueron claros, era difícil contemplar dichas condiciones extendiéndose durante todo 2023, pero logrando durante el segundo trimestre maniobrar a una predictibilidad con un mejor cálculo para sobreponer las pérdidas y anticipar las diferencias cambiarias del resto del 2023.
La debilidad del dólar ante la economía global ha sido determinante para muchos proyectos y estrategias de diversas latitudes en el mundo, para empresas de países que lo aprovecharon tanto en sus respectivas economías internas como en negocios internacionales. Estados Unidos en su economía interna, y simplificando para fines de este artículo sin ser la razón única, ha manejado una estrategia de altas tasas de interés para promover un dólar barato que atraiga a países a comprar productos y servicios americanos, así como a invertir en territorio americano, buscando fortalecer la entrada de divisas al país para continuar el proceso de sanear los impactos y déficit generados durante los años de la pandemia.
Si bien esto último en Estados Unidos es una estrategia basada en experiencia de administraciones anteriores, la economía de los tiempos actuales destapó aprendizajes no esperados muy interesantes que obligan a replantear varios detalles para 2024. Es gracias a estas condiciones económicas vividas en 2023 que Estados Unidos pudo estimular la atracción de compradores internacionales para los productos en beneficio de la manufactura americana, pero el sector de mayor crecimiento fueron los mercados de servicios exportados desde Estados Unidos alrededor del mundo. La contratación de servicios de toda naturaleza, asociaciones, de especialistas, consultoría, etc. ha tenido uno de sus mejores auges en términos de venta internacional por el incremento en la demanda de especialistas americanos que, tradicionalmente, se consideran un lujo en economías en desarrollo, mismo que ahora el tipo de cambio global con un dólar accesible ha permitido.
En México, los servicios también tuvieron un repunte importante pero más enfocados hacia productos de consumo que a servicios relacionados a actividades industriales, pero aún y así el mercado de las empresas mexicanas que ofrecen mano de obra subcontratada para instalaciones industriales presento uno de los de mayores crecimiento durante 2023, con demanda de trabajos en México y en el extranjero sin poder darse abasto.
El valor de algunas industrias repuntó mientras que otras permanecieron en una estacionalidad causada por estrategias de suministro globales que contraponen beneficios directos. Por ejemplo, la industria automotriz en Estados Unidos presume de un incremento en sus exportaciones de autos, pero a la vez se presentó un gran incremento en las importaciones de autos al país, generando un déficit en sus indicadores. Esto es un tema que se toca cada semana en los noticieros financieros, pero aquí viene lo interesante:
La producción de componentes automotrices presentó un auge sin precedente para satisfacer el mercado interno e incluso el de exportación de estos, siendo este caso de exportación de componentes de alto valor. Lo interesante es que una gran parte de los componentes exportados al extranjero regresaron a Estados Unidos ensamblados en los autos que entraron como importados, muchos cobijados por los estatutos del T-MEC (USMCA) en operaciones IMMEX. En este rubro, México además exportó a Estados Unidos una gran cantidad y variedad de componentes automotrices, siendo una parte componentes de alto valor.
La oferta y demanda de puestos laborales mantuvo niveles benéficos, a nivel macroeconómico, tanto en México como en Estados Unidos, siendo los puestos de empresas de servicio los que presentaron mayor crecimiento. Este incremento en servicios resultó un atentando contra la oferta de puestos en las industrias, ya que parte de la fuerza laboral ha optado por encaminarse hacia puestos de servicio en su búsqueda de trabajos con menor requerimiento físico, dentro de un ambiente más acogedor que el de una planta de manufactura.
Ante la desesperación de la falta de interés en puestos industriales, algunas empresas han incrementado su apoyo en proveedores de reclutamiento masivo en aras de encontrar candidatos de manera acelerada, pero los reportes del mercado de fuerza laboral de primera línea industrial son muy interesantes y alarmantes, al mostrar esta preferencia hacia puestos de servicio. Platicando con el director general de una reconocida agencia de reclutamiento masivo, sus comentarios confirman como, además, el ahorcamiento de la infraestructura de las ciudades está jugando un papel importante al complicar los desplazamientos diarios dentro de las ciudades.
La bonanza de economías en movimiento, de alta velocidad, genera impactos en diversos momentos de la cadena de valor de las empresas que tratan de mantenerse a ritmo, que las vuelven creativas para solventarlos con oportunidades internas de diversificar alcances de puestos para cubrir las vacantes, en casos puede llegar a niveles preocupantes de saturación de personal.
La actividad operativa de alta velocidad no es mala, pero se debe tener mucha pericia y cuidado para dirigirla, con visión de mediano y largo plazo, pues la falta de pericia genera un enfoque hacia indicadores del día a día, dejando en segundo término la prioridad de mantenerse innovando soluciones que pueden ser la clave para continuar avanzando en caso de que el acelerado crecimiento presente algún cambio de señal; en términos de analogía, pericia de avanzar e ir visualizando un camino alterno en caso de toparse con algún tráfico repentino o anunciado.
¿Qué planes para capitalizar el crecimiento de 2023 en innovación tienes para 2024?
Les deseo a todos el mejor de los éxitos en sus propósitos, metas y objetivos para 2024.
Pedro Castillo actualmente trabaja en Therma-Tron-X, Inc. como Managing Director para México y Subsidiarias, es Socio Fundador en INQ Strategic Partners LLC, y cuenta con más de 25 años de experiencia en diversas industrias. Pedro es Ingeniero Mecánico Administrador por el ITESM (IMA’97), y cuenta con una Maestría en Sistemas de Manufactura por el ITESM (MSM’10). Pedro es fundador y colaborador de iniciativas altruistas y comerciales, a la vez de participar en Consejos de Administración de empresas, iniciativas y asociaciones en México y Estados Unidos. Pedro reside en Wisconsin, EE.UU.